Amamos la poesía, porque no nos cuenta las cosas directamente. Nos susurra pequeños secretos, cuyas profundidades tendremos que buscar diligentemente, como quien busca un apetecible tesoro. Amamos que lean nuestra poesía, porque ellos jamás sabrán la verdad. ¿Estará triste? ¿Estará feliz? ¿Qué pensamientos anidarán en su mente? ¿Cuáles son sus sentimientos escondidos? Amamos la poesía, porque no nos da muchos detalles, mas sin embargo, nos lo explica todo al mismo tiempo. Amamos la poesía porque no todos la aman, y porque se vuelve exclusivamente nuestra. Y ella está allí, en las alegrías, pero ante todo en las penas, -porque nadie mejor que ella para entender tristezas. Está en los amores, en los vacíos y en los porqués. ¿Y qué de las fortalezas? La poesía también las comprende. Al igual que al temor, y las sensaciones que recorren nuestro cuerpo. Y yo te amo, si tú amas la poesía, porque entonces, aunque no entendamos los mismos versos, quizás sintamos la misma pasión por la belleza de la vida…
Lihem ben Sayel