CONFESIONES :o, MI VIDA EN IMÁGENES, MUY PERSONAL, VIVENCIAS

Así es como me va la vida. (Cosas personales)

En estos últimos meses me ha pasado absolutamente de todo: desde perder amistades, a consolidar otras nuevas; desde ser totalmente anónima, a estar nuevamente en público; desde pasar por días increíblemente oscuros, a compartir con personas amadas momentos que irradiaban luz de eternidad, gozo y plenitud.

Incluso, he escrito TODO el bosquejo –detalle a detalle– de mi nueva novela, en la cual estoy deseando ponerme a trabajar, porque realmente me hace muchísima ilusión. Es, para mí, una historia sobrecogedora, especialmente entrañable, con un fondo espiritual, pero donde también importan los sueños terrenales, y en los que la amistad, como muestra de amor desinteresado, quedará puesta a prueba de la forma más drástica.

También tengo el título de mi primer libro de temática cristiana. Realmente nunca me vi a mí misma escribiendo este tipo de literatura, ya que siempre me he caracterizado por escribir poesía, prosa, relatos, cuentos, novelas… Así que, no voy a negar, que también siento especial curiosidad acerca de cómo será el desarrollo de este escrito. Soy predicadora. Predico desde los 14 años de edad, y acumulo a mis espaldas un sinfín de predicaciones y ensayos de temática espiritual. Pero he de suponer que escribir un libro será una experiencia totalmente diferente, aunque la finalidad sea la misma: transmitir un mensaje directo al corazón de las personas, y que les revolucione en lo más profundo de su ser de tal manera, que sólo quieran acercarse a Dios como nunca antes.

Tengo que contarles, amigos y amigas, que también, semanas atrás, me pidieron corregir un libro -de más de 200 páginas- por primera vez en mi vida. Y esto, señores, ah… me ha deleitado de una manera muy especial. Fue tanto mi entusiasmo y entrega por la tarea asignada, que la llevé a término en un tiempo récord –poco más de una semana-.

Tal como les digo, han sido meses cargados de muchas sorpresas. El factor tiempo no corre a mi favor, así que entre tantos cambios en mi vida, he tenido que dejar aparcado el tema de la escritura en este Blog de forma momentánea. Pero bien saben ustedes, que por mucho que amague en irme, siempre vuelvo…

Mi biblioteca personal , cómo no, sigue creciendo y nutriéndose. Y yo, feliz de dicho crecimiento. Los libros para mí resultan en una imprescindible inversión, la cual es ya generacional, porque mis dos pequeños, a su corta edad, ya conocen plenamente el amor de su madre por los libros, y ellos también han aprendido a amarlos.

Estoy tocando la batería mínimo una vez por semana, y eso también ha sido renovador. Reencontrarme con mi «yo» musical siempre es enriquecedor, y no sólo para mí, sino para las personas que me escuchan y pueden sentir la pasión –más que la técnica– con la que toco mi instrumento, y son, ineludiblemente, contagiadas por la misma, porque cuando toco la batería lo hago con honestidad, sin complejos, con el fuego que arde en mi interior por Dios, y con la dulce satisfacción de alguien que también ama la música y ama expresarse por medio de ella.

Las aguas se han asentado… El día de mi cumpleaños, adopté un compromiso férreo en la nueva iglesia donde me congrego junto a mi familia, y eso también me ha ayudado a ver con mayor claridad mi presente y mi futuro, no desestimando mi pasado, al contrario, más bien recordándolo con mucho cariño y agradecimiento, porque fue una etapa irrepetible. No obstante, ahora mi vida está en otro punto, en otra madurez, con otros objetivos firmes según el punto de profundidad en el que me encuentro en mi relación con Dios. Y créanme, no voy a desistir de mi propósito, no después de este intensivo «entrenamiento» de 7 años que he pasado en el secreto y en el anonimato, pero que me han dado la fortaleza para ser quien soy hoy, y me han dado la dirección para saber hacia dónde me dirijo.

He tenido tiempo hasta de verme y disfrutar en el cine «Oppenheimer» (la nueva de Nolan) con mi hermanito, y semanas después, tuve también la oportunidad de subir al Teide con él y otros viejos amigos a mirar la lluvia de estrellas. Hacia 7 años que no lo hacía… Y aquella madrugada, acostada sobre una manta con mi hermano y tres amigos más, en medio de la nada y en la –casi– total oscuridad, no podía estar yo más pletórica, más feliz y más agradecida. ¡Qué bello es vivir!

Hoy, es noche de luna llena. E incluso me quedan amigas y amigos que se toman la molestia de tomarle una foto a la luna, y enviármela desde distintos puntos del país, e incluso del mundo. ¿Qué más puedo pedir…? ¡Ah, sí! Mi colección de caftanes también está creciendo, y eso es algo que también merece la pena ser celebrado, porque mi idea es tener tantos como pueda.

Mañana, vendrá mi hermano a casa para preparar una tarta juntos, con los peques. Y hoy, he ido a casa de mi madre a comer mi comida favorita de cuando era niña. Y yo, me pregunto: ¿acaso la vida no es maravillosa…?

Siempre vuestra,

REFLEXIONES

DESTINO

¿Hacia dónde te lleva el camino que has elegido?

Lihem ben Sayel

CONFESIONES :o, PERSONAL, PROSA

TOMAR UN LIBRO ENTRE MIS MANOS

De fondo, una apacible pieza de Mendelssohn; y además de eso, silencio. Quietud. Un momento solemne, pero a la vez, familiar: eso es, para mí, el tomar un libro entre mis manos. Es comunicarme con la grandeza y la vulnerabilidad de otro pensamiento que no es el mío, el cual jamás habría podido conocer, de no ser porque perdura, inmutable y plácido, entre las suaves pero firmes páginas que recorro delicadamente con la yema de mis dedos. Es un sorbo de placer que me regalo a mí misma, en medio de una cotidianeidad que me obliga a entregarme siempre a otros. Tomar un libro entre mis manos, es una de mis formas de decir: «sí, existo; sigo estando aquí. Sigo siendo yo.»

Lihem ben Sayel.

De regalo, esta hermosa pieza musical de Mendelssohn.
CONFESIONES :o, MUY PERSONAL, PROSA, REFLEXIONES

LA BÚSQUEDA

Luego de tantos años, caminando en un peregrinaje hacia la eternidad, la Voz de su divinidad me ha guiado a enfocarme en la hermosura de Su Santidad, a entender que, más que nunca, necesito del poder restaurador de su gracia. Me ha enseñado que no son mis esfuerzos los que me acercan a Él, sino el poder abrumador de un amor implacable, el que me atrae, me conquista, me enamora y me seduce a dejar atrás el lastre de lo innecesario: el ruido que genera la apariencia, el aislamiento que produce la falta de honestidad, el dolor que provoca cuando te das cuenta de que has alcanzado muchas cosas, pero no a Él. Busco La Verdad, busco lo genuino. Busco adentrarme en lo más espeso del bosque de sus inigualables secretos, a los cuales tienen acceso aquellos de corazón puro y manos santas. Aquellos que claman a Él, antes que a nadie más. Busco aprovechar mis días, antes que mi nombre sea convocado. Busco ser una con Él, y ser una con mis hermanos, tal como Él lo pidió. Busco hacerle brillar, allá donde vaya, y que Él haga resplandecer su rostro sobre mí. Busco su sonrisa satisfactoria al final de la jornada, junto con un abrazo que nos funda el uno en el otro. Busco a Dios.

Lihem ben Sayel.

PROSA, REFLEXIONES

NACER DE NUEVO

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Busca un refugio, arráigate. Aprende a sumergirte en ríos de agua viva. El pasado no determina quién eres, si tú no quieres. Ordena tus pasos, limpia tu alma. En la profundidad de la tierra brota la semilla que, ya muerta, da lugar a algo superior a ella misma. No mires atrás: la recompensa está más adelante. Escucha esa Voz en tu interior que, delicadamente susurra: «te es necesario nacer de nuevo.»

Lihem ben Sayel.

LETTERS TO MY BELOVED, MUY PERSONAL, PROSA, REFLEXIONES

NUESTROS PASEOS POR EL JARDÍN

To my Beloved: Yeshua.

Acaricio el tiempo con susurros de mi alma: luces púrpura brillan en el techo, y notas musicales elevan mi ser. Me conecto a ti con una simple sonrisa: tomas mi mano y, de inmediato, percibo tu calidez. Se agita mi espíritu por descubrir aún más, —más y más— de tus deseables secretos, de tus perlas aún por encontrar. Aquellas gemas se pagan con alto precio; —yo lo vendí todo, ahora me dedicaré a buscar. Y, sin embargo, nunca llega a ser suficiente como para llegar a la profundidad de tu voz eterna y lúcida. He de volverlo a intentar —una y otra vez—, hasta que me consuma un fuego indomable, aquel que danza al compás de tu presencia, aquel que rasga el velo para que yo te pueda ver. No lo entiende el que no lo vive. Parece locura al que de lejos observa. No se explica con palabras huecas. No hay espacio tan siquiera para la deducción. Incluso esta pasión [desesperación] resulta despreciable a los ojos de aquellos que hace tiempo que olvidaron cuidar de su altar. Lo que hay entre nosotros trasciende —con creces— la dimensión de los cinco sentidos y de la coherencia pragmática. Me he determinado a que de mí no quede nada, pero a cambio, te lo he pedido todo, y solo con todo de ti me conformaré. Nuestros paseos por este jardín secreto transformaron por entero quien soy hoy. Existo en una especie de universo paralelo, en el cual vivo esperando a nuestro siguiente encuentro, donde volvamos a estar solo tú y yo.

—Lihem ben Sayel.

ACTUALIDAD, MUY PERSONAL, PROSA, REFLEXIONES

GOD SAVED THE QUEEN

Estaba en la cocina, sintonizando la BBC, muy atenta a los acontecimientos que avisaban, desde hace varias horas, acerca del delicado estado de salud de la Reina Isabel II. La llegada incesante de sus familiares más cercanos a Belmoral, —su residencia de verano—, hacía contener la respiración. Se temía lo peor.

Y de pronto, la historia se detuvo.

El anuncio de la muerte de Queen Elizabeth, entristeció mi corazón. No pude evitar dejar escapar algunas lágrimas. Desde que tengo memoria, he seguido a la monarquía Británica. Talvez, aún siendo una niña, capturó notablemente mi atención el hecho de ver a una auténtica reina y su enorme influencia, —no solo a nivel de Reino Unido, sino con un enorme e incuestionable alcance mundial.

Y lo que realmente me estremece, es esa sensación de orfandad, en el sentido de saber que hemos perdido la lucidez que proporcionaba tener, en el escenario mundial, a una reina reconocida por su sensatez y sentido del deber, acompañada de la encomiable dignidad que la caracterizaba.

Tal como dice James Goll, «su partida marca un hito, no solo para el Reino Unido, sino para el mundo entero. Es como si la ‘sal que persevera’ hubiese sido removida. Es como si los límites en los cuales hemos confiado, hubiesen sido suprimidos. Es la pérdida del compás que nos ayuda a encontrar el norte.»

Queen Elizabeth representaba la sensatez, el equilibrio, el sentido del deber, el entregarse sacrificialmente a los suyos, dejándose de lado muchas veces a sí misma, lo cual, en los tiempos que corren, donde parece imperar el egoísmo y el mirar por el interés propio más que nunca, es de una dignidad asombrosa.

Ella fue la reina que no nació para reinar. No estaba en la agenda de la monarquía que «Lillibet» —como se la llamaba cariñosamente en su círculo más íntimo—, se convirtiera en reina, y sin embargo, ha presidido el reinado más largo en la historia de la monarquía británica. Ella, simplemente, estaba en la agenda de Dios, y eso lo cambió todo.

Honestamente, no me hace gracia el reinado de King Charles III, quien es un hombre que sube al trono junto con la amante que tenía mientras estuvo casado con Diana de Gales (una mujer a quien también tuve mucho cariño y admiración por su empatía hacia las personas y su gran humanidad).

Ojalá mis ojos puedan ver el reinado de Guillermo, el hijo de Diana, que parece encarnar el mismo carisma, simpatía y humanidad que tuvo su madre.

El hecho de que Queen Elizabeth haya tenido «una muerte pacífica«, tal como han dicho desde el Palacio de Buckingham, talvez haya sido un regalo del cielo a una mujer que marcó la historia, y ha dejado un legado digno de imitar para las siguientes generaciones.

Temo por un mundo donde los valores antiguos se pierdan. Temo por un mundo egoísta, donde no existen límites morales, donde todo es relativo y parece no haber ningún estándar de conducta moral. Temo por un mundo regido por el relativismo moral y la mofa o denigración hacia aquellos que sí queremos preservar valores y principios judeocristianos.

Ahora, más que nunca, me siento con la responsabilidad de mantener altos mis estándares en la fe y en la moral, contra viento y marea, contra todo escarnio público o privado. Y ojalá que este hito en la historia, que se marca con la partida de la Reina Isabel, inste a muchísimos más a volver a las sendas antiguas, edificando siempre en la Roca, que es Cristo Jesús.

Dios salvó a la reina.

Por tanto, solo deseo que se haya encontrado cara a cara con El Rey de Reyes. Ojalá me la encuentre en la eternidad. Le estoy agradecida por el legado que nos deja y por haber vivido una vida tan remarcable. Y que Dios se apiade de nosotros en este nuevo panorama mundial.

God Saved The Queen!

[En memoria de mi amada y admirada Queen Elizabeth II.]

—Lihem ben Sayel… ❤

PROSA

Épica en nuestros corazones

Llevamos la épica clavada, como un puñal, en los corazones. ¿Cómo hubiese sido caminar en la tierra como un caballero de Rohan, o haber entrado alguna vez al reino mágico de Rivendel? Si me cruzara con Arwen, le preguntaría qué clase de amor sintió, tan fuerte, tan inquebrantable, que la llevó a renunciar a la inmortalidad, y a desear el Don de los Hombres, —el de envejecer y morir. Las muertes convencionales son olvidadas, —menos por aquellos que amaron a tal ser. Pero las muertes épicas, serán recordadas aún en los siglos venideros. Algo me dice, en lo profundo de mi corazón, que, aunque carcomidos por la rutina del día a día, los sueños de trascender del ser humano perduran hasta el final de sus días. Puede ser que no seamos conscientes, en principio, de cómo nuestras vidas tienen la capacidad de influenciar y cambiar otras vidas. Quisiera acariciar a Aslan. Caminar junto a él. Ir a un lugar seguro. Escuchar sus planes. Que me transmita esa esperanza de saber que, al final, él resucita, y junto con él, lo haré también yo, y mis sueños, y todo lo que haya estado muerto en mí. Porque sé —tal como dijese el general Máximo Meridio— que lo que hacemos en la vida, tiene su eco en la eternidad. Así que, viviré de tal forma mi día a día, que la eternidad me sea un paseo grácil y armonioso.

—Lihem ben Sayel.

CONFESIONES :o, MUY PERSONAL

Cosas que aprendí en el infierno.

Si miramos atrás, nos encontraremos flagrantemente con nuestro pasado. Y él, de una forma sigilosa, pero incansable, siempre nos perseguirá. Será inevitable, de vez en cuando, mirar de reojo y encontrarnos con la largura de una sombra que intentará alcanzarnos para apoderarse de nosotros, para adueñarse de quienes somos ahora y así, alterar nuestro presente, y si fuera posible, desvirtuar nuestro futuro.

Cuando me miro al espejo, me enfrento a ese pasado. Y puedo ver —en sus fieros y hambrientos ojos—, que él está esperando a que cometa un sencillo error para enredarme otra vez en sus fauces, para regresarme, de nuevo, a una torre oscura y fría, donde me aíslo de todo y de todos, y vuelvo —servil y sumisa— a la esclavitud de mis antiguos amos; y endurezco mi corazón.

Los que provenimos de pasados oscuros, y hemos sido marcados por el abuso —en todas sus formas—, debemos lidiar día a día con patrones de conducta, reacciones —que, a veces, no sabes bien de dónde provienen. De pronto, te das cuenta de que has levantado altísimos muros para evitar que te vuelvan a hacer el mismo daño, o has engendrado un pequeño monstruo de ira, que multiplica su tamaño cada vez que presencias algo injusto delante de ti, o que hacen daño a alguien que amas, o a quien consideras que no está en la misma igualdad de condiciones para defenderse.

Has hecho pequeños y secretos juramentos —«no lloraré más delante de alguien», «no permitiré que nadie más se pase de la raya conmigo», «mostraré lo que quiera de mi corazón, pero no le daré a nadie el permiso de indagar»—. Y así, la lista continúa. Y por cuanto has padecido —y visto— la crueldad tan de cerca, empatizas con el sufrimiento, más que con la felicidad de hojalata. Pero sabes cuándo algo es enteramente real. Y peleas por ello, a cualquier precio.

Y, desde luego, sabes identificar la fragilidad, la vulnerabilidad, la inocencia, la pureza, porque en un tiempo muy lejano, tú también fuiste la encarnación de todas estas virtudes. Y estás listo para saltar a proteger a quien haga falta, contra quien haga falta, para que el daño no vuelva a ser perpetrado, y se conserve la integridad y dignidad de un ser.

E intentas no temblar cuando escuchas sonar un teléfono, o intentas no paralizarte cuando escuchas un grito, o un golpe. Y te revistes de entereza para no tambalear frente a las palabras hirientes. Y sientes la vergüenza y la irracional culpa de quien fue abusado y mancillado. Y es difícil quitarte ese rubor de las mejillas, porque dudas de cada abrazo, de cada conexión emocional, porque todo te parece excesivo, molesto, y dudas de sus intenciones.

Pero has transitado tu senda, y has hallado El Camino, uno de justicia, de paz y de profundo gozo. Y ese ha sido solo el comienzo de un viaje sanador, que culminará un día, más allá de las nubes, donde no habrá más dolor. Y vives agradecido, porque se te ha devuelto algo que te había sido robado y que, ahora, es el cimiento de tu día a día, de cada latido de tu corazón, la firmeza de cada paso que das: la esperanza.

—LihemBenSayel<3

CONFESIONES :o, MUY PERSONAL

Lost in the dunes of my deepest thoughts.

¿No te da miedo que el destino se cebe contigo…? ¿De que te enseñe el camino y la puerta, te dé la llave, pero al intentar abrir, resulta que era la llave equivocada? Me asusta la fragilidad del ser humano, y su ingenua capacidad de soñar, a largo plazo, sueños que quizás nunca llegarán a cumplirse.

Me he detenido un momento, a ver transitar mi vida, despacio, mientras pienso en la vida y la muerte, en mi desprecio por el espectáculo y la tarima, y las luces. En mi sed por intimidad, por algo genuino y puro, no contaminado con el fingimiento, la vanagloria o la contienda.

Debo abrir mi corazón, y sellar mis labios. Danzar la música de la libertad a solas, y sólo permitir que los demás vean de mí mi sonrisa de satisfacción, mientras tarareo una canción victoriosa.

LihemBenSayel.