[LO MÍO CON LA LITERATURA]

Para mí, no se trata de comprar libros sólo «porque sí». No se trata de leer «cualquier cosa». No se trata de entrar a la librería y adquirir el «libro de moda». No se trata de leer lo que las masas leen, extasiadas por el merchandising. Creyendo que un libro es «buena literatura» sólo porque tiene en su portada un sello que reza «Best Seller». No. Lo mío es auténtico amor por la literatura. Fascinación intensa por la pluma que se desliza exquisita, y logra atraparme sin contemplaciones, dibujándome lugares donde no he estado, presentándome personajes que no conozco –pero a los que incluso llegaré a echar de menos-, e introduciéndome en historias que viviré como propias. No se trata de si el libro tiene 557 páginas («Ana Karenina», -Tolstoi) o si sólo tiene 98 («14», -Echenoz). Se trata de que tenga algo que decirme, y de que me lo diga con veracidad, precisión, retórica y respeto por los sentimientos e inteligencia del lector. Porque ninguna historia trascenderá hasta que llegue alguien que sepa contarla. Y ningún sentimiento o pensamiento profundo aflorará hasta que alguien logre acceder –con cruel sutileza- al sitio exacto en donde éstos se alojan. Porque lo mío con la literatura no está prostituído, ni va por momentos. Es algo puro y honesto. Es fascinación intrínseca.  Es pasión exorbitante. Es éxtasis inefable.

-Lihem ben Sayel. 

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