Alguien dijo: «las flores que crecen en la adversidad son las más hermosas»

Los que hayan leído «Aquello de leer bajo un árbol» reconocerán este tema, que se ha convertido en mi himno personal.

Bienaventurados aquellos que no necesitan la noche para saber que la luna existe, y que ninguna oscuridad es tan densa que una pequeña llama no la pueda deshacer. Bienaventurados los que creen en la fuerza del agua, aunque la mar esté en calma, y saben que en sus profundidades se esconden secretos hermosos que sólo los intrépidos llegarán a poseer. Bienaventurados los que tomaron la rosa junto con los espinos, para no olvidar que a veces las cosas más bellas se han forjado en el dolor y en los términos más taciturnos de la soledad. Bienaventurados aquellos que siguen la estela de la justicia, y no se sienten avergonzados de caminar por la senda de la verdad. Bienaventurados los que admiten su fuerza y reconocen sus debilidades, bienaventurados son, porque ese es el significado de la humildad. Bienaventurados los que no viven de glorias pasadas, pero recuerdan la dulzura de otros tiempos, aunque siempre con la expectativa de que vendrán aún mejores días. Bienaventurados los que no cierran su corazón a pesar de las heridas que recibieron en mitad de batallas perdidas, aunque ninguna batalla es perdida si se tuvo el suficiente valor de llegar hasta el fin, aún a rastras, aún a trozos… Bienaventurados los que tienen amigos verdaderos, que intuyen tus silencios, y no hablan por hablar; y te levantan las manos cuando saben que no podrás pasar solo por ese valle que da tanto miedo. Bienaventurados aquellos que no necesitan la aprobación de los demás para disfrutar de quiénes son, y no tienen sus virtudes como algo de qué avergonzarse. Bienaventurados los que avanzan confiando en Aquel que lo es todo, a pesar de la incertidumbre. Sí, bienaventurados son, porque ellos han aprendido a vivir…

«Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.»

-Jesús de Nazaret

 

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😉

 

Siempre vuestra:

Lihem ben Sayel,

the princess of the Lord…